Tefilin

Por: Hakham Meir Yosef Rekhavi

La palabra «filacteria» deriva de la palabra Griega phylakterion también conocida por el término arameo tefillin, que es el nombre que dan las fuentes rabínicas a dos cajitas de cuero negro que contienen pasajes de la escritura y que se colocan en la frente y el brazo izquierdo. La Mishna, Shebu. 3.8, 11, exige que todo varón de trece años o más use cada día los tefillin. Las mujeres están explícitamente exentas de esta obligación religiosa (m. Ber. 3.3). Las bases para el uso de las filacterias, según los rabinos, se derivan de cuatro versículos bíblicos:

1. «Te será como una señal en la mano y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de YHWH esté en tu boca, por cuanto con mano fuerte te sacó YHWH de Egipto.» (Exod. 13:9)

2. «Te será, pues, como una señal en la mano y como un memorial delante de tus ojos, por cuanto YHWH nos sacó de Egipto con mano fuerte». (Exod. 13:16)

3. «Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos». (Deut. 6:8)

4. «Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, las ataréis como señal en vuestra mano y serán como insignias entre vuestros ojos». (Deut. 11:18)

(nota: Exod. 13:9 lleva el término zikkaron, «conmemorativo», en lugar de «frontales».)

Así que tanto las filacterias de la cabeza como las de la mano contienen cuatro pasajes de la Escritura que incluyen estos versículos: Exod. 13:1-10, 11-16; Deut. 6:4 – 9; 11:13-21. La filacteria de la cabeza consiste en cuatro compartimentos, cada uno contiene una sección de la Escritura, mientras que la filacteria de la mano tiene un compartimento que contiene los cuatro pasajes en un solo pergamino. Las cajas de las filacterias deben hacerse explícitamente de piel de un animal kasher, y las cajas y las correas que las sostienen deben pintarse de negro. La filacteria de la cabeza lleva impresa dos veces la letra Hebrea shin: una vez en el lado izquierdo del usuario, y una vez en el lado opuesto. La shin del lado derecho tiene cuatro dientes en lugar de los tres habituales, como recordatorio de los cuatro pasajes escritos contenidos en las filacterias (b. Menah. 35a). Cada caja se cose a una gruesa base de cuero con doce puntadas, una por cada una de las doce tribus de Israel (b. Shabb. 8b). Las filacterias no son de uso nocturno, ni festivo, ni sabático. (b. Menah. 36a-b). La filacteria de la mano es la que se pone primero: la caja se pone en el lado interno del brazo, en la parte superior del mismo, frente al corazón, y la correa se enrolla siete veces alrededor del brazo. La filacteria de la cabeza se coloca en medio de la frente, con los dos extremos de la correa colgando sobre los hombros. La colocación de cada filacteria se acompaña por ciertas bendiciones. Se colocan durante la oración de la mañana y se quitan en el orden inverso en que se pusieron.

La primera pregunta es si las «señales» y «frontales» de Éxodo y Deuteronomio pretendían describir objetos siquiera similares a las filacterias, (como entienden los Rabanitas) o si son términos figurados, (tal como entienden los Caraítas, los Samaritanos y los Falashas). El sentido figurado de Exod. 13:9 y 16 resulta claro cuando uno considera el asunto gramatical de: «Te será como una señal en la mano y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de YHWH esté en tu boca, por cuanto con mano fuerte te sacó YHWH de Egipto». El asunto al que se refiere no puede ser los propios pasajes bíblicos, ya que no se mencionan en los textos. El asunto debe ser o a) el hecho de que «YHWH sacó a los Israelitas de Egipto» (vv. 9b,16b); en tal caso, los versículos significan que las poderosas hazañas de YHWH deben ser recordadas (como una señal en la mano y un memorial/frontales entre los ojos), o b) los antecedentes gramaticales de «te será», a saber, «este día» o «esta práctica» p.e. la Fiesta de Pan Ázimo en Exod. 13:3-10 y los sacrificios de redención del primogénito en los versículos 11-16; en ese caso, los versículos significan que estas cosas deben recordarse (como una señal en la mano y un memorial/frontales entre los ojos), para que la instrucción de YHWH sea recordada. En ambos casos «te será como una señal» representa una observancia adicional más allá de aquéllas mencionadas en los versículos 3-8 y 11-15. «Esta institución» en el versículo 10 se refiere explícitamente a una práctica anual, a saber, el comiendo de panes ázimos en versículos 3-8, no a un rito diario como el de los tefillin. Por tanto Éxodo 13 está usando señal, memorial y frontales en sentido figurado para indicar que ciertos eventos históricos y ceremonias deben ser recordados. La parte media del versículo de Éxodo 13:9 «para que la Tora de YHWH esté en tu boca» otorga una marcada connotación figurativa al mismo, a la vez que otorga el mismo significado a la primera parte del versículo. Ninguna de estas dos ceremonias puede entenderse como referencia literal al cuerpo del Israelita; más bien, han de servir como recordatorios perpetuos de cómo Dios redimió a Israel de mano de los Egipcios. También deben leerse en sentido figurado los pasajes de Deuteronomio, porque «estas palabras» (Deut. 6:6 y 11:18) leídas en su contexto deben referirse a la recitación de los Diez Mandamientos de Deuteronomio Capítulo 5, a los que se refiere Deut. 6:6, y al relato de Deuteronomio 10-11 al que se refiere Deut. 11:8, si es que en ambos casos no se está refiriendo a toda la Tora. En todos los pasajes, aparte de en Exod. 13:9 donde aparece zikkaron, «memorial», la palabra «totafoth» «frontales» está en plural y no en singular totefeth, si los pasajes anteriormente mencionados debieran de tomarse literalmente y no en sentido figurado entonces con toda certeza debiera llevarse entre los ojos más de un frontal, y, ¿por qué se les da varios nombres, «señales», «frontales» y «memorial» si supuestamente son la misma cosa? Por tanto nos parece que las expresiones «signos», «frontales» y «memorial» deben ser consideradas en sentido figurado, como lo son otras expresiones en estos mismos pasajes («la ley de YHWH esté en tu boca», Exod. 13:9; «pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma», Deut 11:18). Otras fuentes bíblicas adicionales para entender estos versículos en sentido figurado son:

· «Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo». (El cantar de los Cantares 8:6)

· «Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre, porque adorno de gracia serán en tu cabeza, y collares en tu cuello». (Prov. 1:8-9)

· «Hijo mío, no te olvides de mi Ley, y que tu corazón guarde mis mandamientos. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad: átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón». (Prov. 3:1-3)

· «Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre y no abandones la Tora de tu madre. Átalos siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando camines, te guardarán cuando duermas y hablarán contigo cuando despiertes». (Prov. 6:20-22)

· «Guarda mis mandamientos y vivirás, y guarda mi Tora como a la niña de tus ojos. Átalos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón». (Prov. 7:2-3)

· «Pondré mi Tora en su mente y la escribiré en su corazón. (Jer. 31:33)

De hecho hay otra evidencia en la Mikra de que la codorniz es un ave permitida, por ejemplo en Salmos 105:38-42.

En consecuencia, los versículos anteriores han de ser considerados como versículos que prueban una interpretación figurada de Exod. 13:9,16 y Deut. 6:8 & 11:18. ¿Si el significado de los versículos en cuestión ha de ser considerado en sentido figurado y no literal, entonces ¿cuál es su significado? Comentaristas Caraítas y Samaritanos explican que «Las atarás como una señal en tu mano» son una exhortación general para moderar las acciones de los seres humanos, y sobre todo las acciones de la mano, del mismo modo «y estarán como frontales entre tus ojos» se debe tomar como refiriéndose a que aprendamos de la Tora el verdadero significado de la Palabra de Dios. En otros términos, nuestros pensamientos y acciones deben ser guiadas por las enseñanzas de la Tora y que no es suficiente tan solo estudiar la Tora sino que uno debe actuar de acuerdo a su conocimiento, y en la misma línea, no es suficiente obedecer la Tora sino que uno debe entender los preceptos que se le ha ordenado que cumpla. Claramente tampoco Filón conoce la práctica rabínica de los tefillin y explica estos versículos alegóricamente en sus escritos.

Mientras los comentaristas rabínicos sobre la Biblia toman los versículos de Éxodo y Deuteronomio como ordenes literales de llevar filacterias (vea sin embargo el comentario de Shemuel ben Meir sobre Exod. 13:19), los rabinos del Talmud eran conscientes de que la Biblia no da ninguna descripción de las filacterias o de las leyes con ellas relacionadas. Los rabinos entendieron estas leyes como ejemplo de un precepto bíblico cuyos detalles sólo son detallados en la ley oral (m. Sanh. 11:3), y todos los detalles de su construcción se atribuyen a esas leyes orales que Dios supuestamente enseñó a Moisés en el Sinaí (b. Menah. 34b-37a). Dada la débil relación entre las leyes de las filacterias descritas en el Talmud y las supuestas bases bíblicas para ellas, resulta difícil determinar en qué punto de la historia del Judaísmo Farisaico fueron introducidas las filacterias.

¿En qué fecha empezaron los Fariseos a llevar filacterias e interpretar los pasajes de la Escritura literalmente? La LXX (la versión de los 70) traduce la palabra totafoth como asaleuton «aquello que es fijo, inmóvil». Esto implica que en Egipto a la mitad del 3er siglo AC. la institución de las filacterias aún no se conocía. Más bien, los cuatro pasajes escritos se interpretaban con el significado de que las leyes y rituales de Éxodo 13 y Deuteronomio 6 y 11 deben seguir siendo asuntos siempre presentes en el pensamiento de cada uno, como también lo entendían los Caraítas, Samaritanos y Falashas. La referencia explícita más temprana sobre las filacterias en un trabajo literario es en la Carta de Aristeas, sec. 159, dónde sólo se menciona la filacteria de la mano. Los estudiosos difieren acerca de la fecha de este texto. La mayoría lo sitúan en el 2º siglo AC, aunque algunos afirman que partes del documento, incluidas las secs. 128-71, son del 1er siglo D.C. También debe hacerse notar que todos los nombres que se refieren a las cubiertas de las filacterias están en Arameo, por ejemplo titora, que es la base cuadrada de cuero grueso, otro ejemplo es ma’abarta que es un saliente hueco en la parte trasera de la filacteria a través de la que se pasa la correa. Teniendo en cuenta estos detalles lingüísticos Arameos uno pueden llegar a la conclusión de que la costumbre Farisaica de los tefillin, que es una palabra Aramea, fue introducida cuando el Arameo había reemplazado al Hebreo como idioma hablado de a diario por los judíos en Israel. Como ya se ha mencionado los Samaritanos no aceptan el precepto de los tefillin, esto sugiere que antes del cisma Judío-Samaritano la interpretación literal de los versículos en cuestión no era aceptada. Teniendo presente todos los hechos anteriores, parece apropiado ,en consecuencia, atribuir la introducción de las filacterias al periodo entre el 2º siglo AC. y el 1er siglo DC.

Todas las afirmaciones acerca de la naturaleza de las filacterias en tiempos pre-Mishnaicos no eran sino mera conjetura hasta hace unos cuarenta años cuando se descubrieron restos de filacterias en las cuevas de Murabba’at que fueron ocupadas por refugiados en tiempos de la revuelta de Bar Kokhba (135 DC), y en las cuevas de Qumran. El examen científico reveló que tres de los cuatro pasajes escritos de el receptáculo de las filacterias de la cabeza todavía estaban en sus compartimientos originales. La forma de las filacterias, el material usado para el pergamino y las ligaduras, todas concuerdan con las especificaciones expresas del Talmud. Lo más sorprendentemente, la diferencia de opinión entre Rashi (1040-1105) y su nieto Rabbenu Tam (1096-1171) dos Talmudistas del 12º siglo, acerca del orden de colocación de los cuatro pasajes escritos en los compartimientos de cabeza aparece reflejado en los fragmentos de Qumran. Así que sabemos que la disputa no se originó durante el periodo medieval, tal como algunos estudiosos habían pensado previamente, sino que son reflejó de tradiciones dispares que se remontan al 1er siglo DC. Otra fase en el desarrollo de las filacterias fue revelada cuando se descubrió que las filacterias de Qumran contenían el Decálogo. Ya en 1927, Mann afirmó que los tefillin pre-rabínicos contenían el Decálogo. Mann también señala que m. Sanh 11.3 prohibe expresamente el uso de cinco pasajes en lugar de cuatro en las filacterias. Como desde Sifre a Deuteronomio, secs. 34-35, usa dos interpretaciones exegéticas para justificar la exclusión del Decálogo de las filacterias, le pareció lógico a Mann que el quinto pasaje prohibido fuera el Decálogo. (Según las tradiciones Palestinas y Babilónicas el uso del Decálogo se suspendió porque algunos sectarios afirmaron «estos solo fueron dados a Moshe en el Sinaí» [y. Ber. 3c; b. Ber. 12a]). La hipótesis de Mann fue confirmada por la evidencia de Qumran. Ya que las filacterias encontradas en Qumran contenían el Decálogo mientras que las de Murabba’at no, está claro que la reforma Mishnaica arriba mencionada tuvo lugar alrededor del 135 DC. Por tanto vemos que aunque los elementos físicos de las filacterias, es decir, la caja, el pergamino, los cordeles, etc., ya estaban fijados por el siglo 2º DC, la definitiva uniformidad del texto no se estableció hasta más tarde, e incluso entonces persistían dos tradiciones sobre la clasificación de los cuatro pasajes.

Se ha sugerido, debido al hallazgo de los tefillin en Qumran, que la «Secta» de Qumran creía en la interpretación literal de Exod. 13:9,16 y Deut. 6:8 & 11:18, si esto fuera cierto ¿cómo es que tan sólo se ha encontrado un par de tefillin? Debido al tamaño de la comunidad de Qumran, con toda seguridad debería haber encontrado más restos que esos escasos artefactos. Tampoco se ha encontrado jamás mención alguna a los tefillin en ningún documento de Qumran, sea halakhico o de cualquier otro tipo. ¿Si estos tefillin no pertenecieran a la comunidad de Qumran, entonces, ¿de dónde vinieron? Varios estudiosos bíblicos por ejemplo Allegro, Driver, Roth, Vermes, Yadin, de Vaux y otros postulan la evidencia de que durante la primera revuelta contra Roma (66-73 DC) había en Qumran presencia de un contingente de Sicarios Zelotes (que eran fervientes Fariseos). Entonces ¿No resulta plausible que estas filacterias pertenecieran a los Zelotes en lugar de a la «Secta» de Qumran!

Si la llamada ley oral es tan pedante en relación a los materiales usados para los pergaminos y en la fabricación de los tefillin, y también en la manera en qué los tefillin se han de colocar, entonces un asunto de mayor importancia como el orden de colocación de los cuatro pasajes escritos en los compartimientos de la cabeza también debería estar regularizado por la así llamada ley oral? Este problema que hemos visto antes, no finalizó hasta el siglo 12, quedando manifiesto que el mandamiento de llevar tefillin no se deriva de la Tora, sino que se ha desarrollado durante siglos y por tanto se debe a una mal-interpretación rabínica de Exod. 13:9, 16 y Deut. 6:8 & 11:18. La Mishna (m. Sanh 11.3) prohibe expresamente el uso de cinco en lugar de cuatro pasajes en las filacterias. Esta reforma de la Mishna no es una advertencia contra la inclusión de un pasaje extra en las filacterias sino que está informando al lector de que un pasaje que ya había sido incluido debe ser excluido ahora de las filacterias. La razón para esta reforma está confirmada por y. Ber. 3c; b. Ber. 12a.. Ahora supongamos que hay una cosa tal como la ley oral y si la hubo, mediante la supresión del uso del Decálogo como el quinto pasaje de las filacterias, como se ha mencionado anteriormente, entonces los Rabinos van ciertamente contra la ley oral y están por tanto a sus propios ojos rompiendo un mandamiento divino, y si los Rabinos dicen que ellos no están rompiendo un mandamiento divino entonces ellos están ciertamente negando toda su creencia en una ley oral divinamente transmitida.

La costumbre de usar filacterias no estaba tan generalizada en los dos primeros siglos de la Era Común, como los Rabinos nos han hecho creer. Pues el uso de filacterias se veía como uno de los criterios para distinguir a un haver (miembro de la sociedad «rabínica») de un ‘am haares (un no observante de las costumbres rabínicas). Según Josefo, él mismo era un Fariseo, había aproximadamente sólo 6,000 de ellos en Israel durante el último periodo del Segundo Templo (Ant. 7:2:4), la población judía fuera de Israel podría alcanzar a unos 2,000,000. Por tanto el ‘am haares formaba una mayoría aplastante de la población, y uso de las filacterias se limitaba a un pequeño grupo.

El palabra tefillin aparece varias veces en registros junto con qamea’, «un amuleto» (m. Miqw. 10.2; m. Kelim 23.1; m. Shabb. 6.2). De hecho los tres términos, el Arameo tefillin, el Hebreo qamea’ y el griego phylakterion significan literalmente «amuleto». Aun cuando no hay ninguna evidencia en la literatura rabínica de que jamás se considerara a las filacterias como amuletos, es posible que en el momento en que por primera vez fueron adoptadas las masas las consideraran poseedoras de propiedades mágicas similares a las del qamea’ que también estaba escrito en un pergamino por un escriba profesional y se llevaba sobre el cuerpo. De hecho, la misma costumbre de vestir filacterias podría haber surgido como una superstición popular que después los estudiosos Farisaicos elevaron a norma despojándolos de sus aspectos mágicos originales y les infundieron una más «legítima» importancia religiosa. La elección del término tefillin, visto como el plural de «oración», sería por tanto parte de la polémica rabínica por reemplazar la naturaleza profiláctica original de las filacterias con la naturaleza litúrgica de los tefillin.

Traducido por Baruj Prieto